Biblioteca

De la rudimentaria biblioteca escolar, a la Biblioteca Fantasía

En el diseño original del Colegio, en el lugar que actualmente ocupa la Biblioteca estaba situada la secretaría. Por razones de espacio y ante la necesidad de dotar al centro de mayor número de aulas, se procedió a dividir la biblioteca original en dos clases y su traslado al lugar que ocupa actualmente.

Tras el traslado a esta nueva ubicación, ha habido un sinfín de mejoras estructurales, espaciales, organizativas y relacionadas con los fondos bibliográficos que podríamos separar en cuatro fases.

Aunque el Colegio data del año 1972, tenemos conocimiento del funcionamiento de la misma (tal como establece la normativa de Bibliotecas) en fechas anteriores al curso 1991/1992.  En la primera fase, con anterioridad al curso 1990/91 y siendo director Alfonso Macías se procedió a la catalogación de todos los fondos de la Biblioteca teniendo en cuenta la CDU. Al no existir ordenadores ni programas efectivos de gestión de Bibliotecas, el proceso fue muy lento y laborioso por lo que la labor realizada por D. Alfonso en solitario fue una auténtica odisea.

Considerando como segunda fase a partir del curso 1992/1993 y bajo la dirección de Rafael Fernández-Mayoralas se procedió a la informatización completa de todos los libros, usando una sección del programa de gestión Gestwin. Desde ese momento, se mejoró el sistema de préstamo (por su celeridad) y se generalizó el mismo, estableciéndose un horario de visita semanal del alumnado a la Biblioteca.

Así se mantuvo hasta el curso 2004/2005, que podríamos delimitar como tercera fase en la que, siendo directora Isabel Márquez, se le dio un gran impulso. A través del programa Abies informatizaron, de nuevo, una parte de la biblioteca (la informatización existente quedó obsoleta) reformando el espacio y la decoración de la misma.

El inicio de la cuarta fase, más larga y con unas evidentes mejoras consolidadas, duró tres cursos escolares hasta que en el 2007/2008 ahora bajo la dirección de Enrique Fernández, se plantea asignar a un profesor responsable de la Biblioteca y el fomento de su uso, recayendo este nombramiento en Tomás Martínez Piedra, maestro definitivo en el centro y con inquietudes bibliotecarias.   Este cambio supuso una renovación muy importante en cuanto al planteamiento de cómo y para qué deben usar la Biblioteca los alumnos y alumnas y cuál es la aportación que ésta debe hacer a la comunidad educativo y al centro como motor generador de materiales, ideas y dinámicas documentales. A partir de aquí nos inscribimos en el inicialmente fue Plan de Lectura y Bibliotecas Escolares.  Luego llegaron las propuestas estratégicas para el desarrollo del fomento lector con la aplicación de dinámicas a las que luego haremos referencia,  la mejora de las instalaciones y dotación de recursos materiales antes inexistentes  (ordenadores de sobremesa, proyector digital, mesas y pupitres para trabajos colaborativos, nuevas estanterías, aire acondicionado en la dependencia de la biblioteca, juegos de mesa, ultraportátiles para uso del alumnado y profesorado, instalación de red física cableada para la conexión a internet y otras mejoras de mayor o menor relevancia).

Pasaron después otros coordinadores y coordinadoras de biblioteca: María del Valle Garrido Navarro, Enrique Fernández Sánchez, Isabel Carretero Alcántara y Victoria Ramos Ruiz.  Cada uno de estos responsables ha promovido cambios en la biblioteca, tanto a nivel organizativo como a nivel físico y de espacios.

En la actualidad, bajo la coordinación de Victoria Ramos Ruiz, se ha llevado a cabo una profunda reestructuración de las actividades que se desarrollan dentro de la biblioteca escolar.  Han surgido así actividades como “taller de arte y color”, “taller de lectura en silencio”, “taller de visionado de cortos”, “taller de cuentos contados” y varias más que se enmarcan dentro del Plan de Lectura y Biblioteca y como no podía ser de otro modo, se integran como parte activa de las actuaciones propias del Proyecto Lingüístico de Centro.  Estos cambios también han supuesto una mayor implicación del alumnado en la gestión de la biblioteca, habiéndose creado un equipo de apoyo a las tareas bibliotecarias: cuidado, control y apoyo en la gestión de los talleres.

Tras esta adecuación de las dependencias y convencidos de la relevancia de una transformación que la ha convertido en un espacio atractivo, llamativo y ameno para los usuarios, continuamos con el firme propósito de fomentar la lectura entre nuestro alumnado ofreciendo multitud de actividades que deciden realizar de manera voluntaria, además de las que se establecieron en ETCP como actividades mínimas entorno al proceso lector para cada uno de los ciclos.

 

 

 

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